martes, 24 de abril de 2007

¿Qué tal estas?

Hace dos años que no te veo. Te fuiste un día como hoy aunque, en realidad, para mí, no te has ido nunca. Estás presente en muchas canciones, en muchas historias, en muchas películas. Son muchos los recuerdos, los momentos, algunas las ciudades, que en definitiva, me recuerdan a ti. Me atrevería a decir, que en estos dos años, no me he ido ningún día a la cama sin que tu nombre haya venido a mi cabeza a lo largo del día.

Son muchas las cosas que te tengo que contar desde aquel día 24 de Abril del 2005. Cuando tú te fuiste, Sergio era una persona diferente en muchos aspectos de su vida.

Comenzando por el laboral, acababa de cambiar de empresa, eso lo sabías, pero no puede superar la soledad que me producía trabajar sin gente, un poco sobrepasado por todo lo que estaba pasando, así que decidir dejarla y tomarme una temporadita de relax. Acabé los exámenes bastante bien y ese verano me fui de viaje a un lugar que te habría encantado: Argentina. Estuve un mes deambulando por allí. He de reconocer que lo conocí más de noche que de día, y hasta esquié!

Volví con las pilas cargadas, y con ganas de seguir adelante, un poco por mí y un poco porque sabía que te haría feliz. Empecé a buscar trabajo en mi sector y lo primero que encontré fueron unas prácticas. Empecé poco a poco, pero como tu sabes yo no soy nada conformista, y rápidamente fui metiendo el cuello hasta plantarme como miembro de la empresa “en pleno derecho”. Allí estuve casi año y medio, y la verdad es que lo pasé muy bien. Conocí mucha gente nueva, nuevos horizontes, nuevas perspectivas y nuevas ganas de vivir. El 2006 pasó bastante rápido, la carrera llevaba su curso natural, aunque no pude acabarla ese año, solo me quedó una asignatura, pero bueno, un éxito, ¿no?.

El final de ese año fue muy importante para que entiendas quien soy hoy en realidad. Me di cuenta que mi vida había cambiado mucho y se que tu tuviste mucho que ver en ello. Cada vez tengo más claro que las casualidades no existen, y hay cosas que serían mucha casualidad.

Te quiero agradecer que desde donde quiera que estés hayas hecho todas esas cosas por mí, eres un grande entre los grandes, y te recordaré el resto de mi vida.

En Octubre de ese año hice un viaje increíble. Recorrí el sur de España con otro grande como tu. Me encantaría que le hubieras podido conocer, os habríais llevado muy bien. Me lo pasé genial, aunque te echaba mucho de menos, te soy sincero. Fueron muchas las tardes que pasé pensando en lo que sería aquel viaje si tu hubieras estado allí, pero bueno, eso ya lo sabes.

Pues bien, a finales del 2006 volví a cambiar de trabajo, esta vez a un sitio mejor pagado y con muy buena compañía también.

Ya sabes todo lo que pasó en mi cumpleaños… Increíble verdad? Tu conocías muy bien a esa persona que hoy no se quién es, pero bueno, no todo va a ser de color de rosas!

En Febrero del 2007 acabé la carrera. Ya era un nuevo licenciado, se que te habrías sentido orgulloso.

Siguieron viajes muy interesantes. La verdad es que no paro de viajar, y no pienso hacerlo mientras pueda! Estuve en una de las últimas ciudades que visitaste antes de irte, en Santiago de Compostela. Nunca había estado y tenía ganas de ir. De nuevo, te sentí muy cerca, como cerca te sentí cuando entré de nuevo en Salamanca, al último sitio al que fuimos juntos. ¿Qué bueno fue aquel viajecito, eh?

Después llegaría Florencia, y que te voy a contar que no sepas ya… Todo lo que ha pasado después ya lo sabes. Soy un hombre nuevo, feliz, con ganas de vivir. Te echo de menos…, un huevo……., pero de forma positiva.

Ahora probablemente no me conocerías, creo que soy una persona totalmente diferente, más maduro que antes y menos veleta, como me enteré que me definías…


Me gustaría poder tenerte un día delante para contarte muchas cosas, pero eso creo que no va a ser posible, por ello, me conformo con escribirte estas palabras y que puedas leerlas. No precisan contestación. Tengo fe en que te llegarán, y con eso me basta.

Cuídate mucho, y cuida de mi! Te quiero un huevo perrote!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Era un tío de puta madre que sin duda se merecía al mejor amigo que en su vida podría haber imaginado tener. Hay que sentirse afortunado cuando la vida a veces nos deja disfrutar de gente que nos llena, aunque no podamos hacerlo todo el tiempo que nos gustaría, pero hay que pensar que hay personas que nunca tendrán la suerte que has tenido tú Sergi, porque Dios o "x" cruzó a esta persona en tu vida y tú afortunadamente dejaste que te calara...hondo.

Te quiero niño!!

Anónimo dijo...

qué te voy a decir que no sepas
no
tengo
ni
puta
idea
de
como
te
sientes

es lo unico.
abrazotes!

Sergi dijo...

Gracias chicos!