Hagan juego!

¿Cuántas veces habéis oído la frase: “en la vida, como en el juego, hay que arriesgar”? Muchas, ¿verdad?

Pues yo jugué, y arriesgué, y no se si gané o perdí. En cualquier caso, es imposible volver atrás… Lo que si es posible es analizar los fallos cometidos para sacar unas bonitas recomendaciones para el juego…

1. La primera ley, y la más importante es: nunca apuestes todo a un solo número. Si haces eso, puede pasar que el número confíe en que siempre vas a apostar por él y se olvide de cuál es su verdadero cometido, de que en el fondo todo es un juego y de que lo que tú esperas de él es un premio. Otro de los supuestos que pueden ocurrir es que el resto de números a los que antes apostabas y que has abandonado, ahora empiecen a salir premiados; y tu estás apostando sólo por uno!
Conclusión: reparte tu apuesta, no lo hagas por igual, déjate guiar por tu intuición, pero así el riesgo se reduce y las probabilidades de perder son menores.

2. El croupier no está de tu lado. La ruleta gira y gira, y la bolita cae unas veces en unos números y otras en otros, pero el crupier no tiene poder sobre ella. Es libre, o peor aún, está dominada por el azar, si eso es!, todo está en manos del azar… (que frase tan patética). El croupier va a tratar de convencerte para que sigas jugando, una y otra vez, para que sigas perdiendo tu dinero, para que sigas apostando a ese número, para que sigas sufriendo… Así que, pasa del croupier!

3. No juegues a juegos que no conoces y sobre todo, y esto es clave: no intentes cambiar un juego, es imposible. Los juegos llevan inventados muchos años, y no van a cambiar, como mucho puede suceder que varíe alguna regla. Si con eso te conformas, adelante, pero no les exijas más.

4. No te apiades del resto de jugadores, al final, todos estamos para lo mismo, para jugar y todos van a hacer lo que esté en su mano para ganar, empezando por ti mismo, aunque no te des cuenta.
Si una rubia tetona te guiña un ojo desde el otro lado de la mesa, asegúrate primero de que no eres el que más dinero tienes sobre el tapete.

5. Juega mientras disfrutes, en el momento en que ese juego se convierta en una obsesión y solo te esté sirviendo para vaciarte el bolsillo sin conseguir nada a cambio, sal corriendo del Casino y no vuelvas a pisar Torrelodones en tu vida.

Estas son solo unas pequeñas recomendaciones de un ludópata confeso; ahora, desde mi situación actual, te recomiendo, que no juegues, que siempre será mucho más sencillo vivir sin apostar.