He mirado al cielo y he visto la luna llena. Es igual que la de aquel día, en la que nos bebíamos el mundo y lanzábamos un órdago al futuro. Nadie nos podía hacer sombra, nos los comíamos a todos.
Ahora toca empezar de cero... despacito, con pies de plomo, sin riesgos inútiles. Ahora soy imprudentemente prudente...
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