Eres la única cosa que calma mi sed y limpia mis heridas. Adoro tu llegada en días soleados, tu melancolía en esos días de otoño, tu ruido golpeando el tejado. Disfruto jugando contigo en invierno y deslizándome sobre ti cuando te vuelves como el hielo.
Sólo sabes hacer el bien, incluso das la bendición a muchos. Aunque muchos se empeñen en culparte de desastres, yo se que eres todo corazón.
Me encantaría poder tenerte en mis manos para siempre, pero siempre te escurres y caes entre mis dedos, demostrando que eres libre y que nadie te puede poseer. Pero me gustas así, corriendo en libertad, sin ser igual nunca y sorprendiéndome en cada momento, arrastrando en tu torrente años de historia y diseñando con tu fuerza la silueta de tu destino. Me gusta reflejarme en tu brillo y nadar entre tu cuerpo.
Quisiera poder seguirte en ese trepidante camino: evaporarme contigo, condensarme entre las nubes y caer de nuevo con fuerza a la tierra.
Hoy es tu día, y aunque seamos unos torpes y no sepamos valorarte…no puedes faltarnos nunca! No podríamos vivir sin ti, y tú mejor que nadie lo sabes.
¡Feliz día mundial del agua!
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